Pero esto carece de toda lógica. ¿Te imaginas que un bebe de repente se pusiese en pie como un adulto? ¿O te imaginas que alguien cogiese por primera vez en sus manos un violín y tocase a la perfección el concierto para violín de Schöenberg?
¿No sabes quién es Schönberg?
Arnold Schönberg fue un compositor, teórico musical y pintor austriaco de origen judío. Desde que emigró a los Estados Unidos, en 1933, adoptó la forma Arnold Schoenberg para escribir su nombre, y así es como suele aparecer en las publicaciones de idioma inglés.
Para poder hacer algo bien hace falta práctica. Mientras se practica tenemos la necesidad de cometer errores. Piensa por un momento como esta premisa podría cambiar todo lo que vemos a nuestro alrededor.
Al quitar de nuestras mentes el paradigma de que todo tiene que salir perfecto desde la primera vez, nos permitiría hacer muchas más cosas. Disfrutaríamos del camino del aprendizaje, y no lo veríamos como errores, sino como lo que son, el medio para hacer las cosas bien.
Es bueno cometer errores
La mejor forma de aprender es mediante la práctica, es así como llegamos a hacernos maestros en alguna faceta de nuestra vida. No decimos que tenemos que ir metiendo la pata un día tras otro, no es esa la idea. La idea es más bien que no tenemos que temer el cometer errores. Cambiar nuestro paradigma en relación a equivocarnos nos abrirá un gran abanico de posibilidades.
Cuando hago presentaciones de proyectos de negocio ante auditorios, veo en las miradas de los asistentes varias emociones encontradas. Por un lado veo la alegría, esperanza, sentimientos de liberación. Las personas muestran estos sentimientos cuando conocen que hay posibilidades de mejorar su situación, que no tienen que llegar a viejos conformándose simplemente con sobrevivir. Pero también veo otras emociones reflejadas en los rostros, miedo a cometer errores, a no ser capaces, al fracaso, a fallar ante los demás. Y lo peor de todo es que en ocasiones estas emociones son más fuertes que las primeras.
Y de esta forma tan tonta, han cometido el error más grande, pensar que cometer errores es un error, cuando es todo lo contrario. Las personas que están dispuestas a equivocarse son las que más posibilidades tienen de triunfar. “No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos«, estas fueron las palabras de Thomas Alva Edison cuando dio a conocer al mundo el proceso por el cual había conseguido crear la bombilla incandescente de alta resistencia.
Los errores son necesarios para nuestro crecimiento económico
El Sr. Robert Kiyosaki dice en su libro La conspiración de los ricos, “Yo no soy rico porque me fue bien en la escuela, soy rico porque descubrí cómo cometer mis propios errores y aprendí de ellos”. Él deja muy clara la dirección a seguir. Cometer errores es bueno siempre y cuando aprendamos de ellos para mejorar. Evidentemente no vamos a cometer errores a posta, nos vamos a formar e informar para cometer los menos posibles, pero la diferencia es que no tendremos miedo a equivocarnos.
Si como el Sr. Kiyosaki aprendemos de lo que en este último negocio no salió como debía haber salido, ya sabemos que para el próximo no pasaremos por ese lado del camino. En el próximo aprenderemos algo más, y así se forja una gran persona y un gran empresario. No es con miedos que se construye una gran obra de arte. No es con temores que se puede soñar en un futuro mejor. Como dijo el día de la presentación de la bombilla incandescente Thomas Alva Edison, “No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos«. Nuestros proyectos, objetivos y sueños están compuestos de miles de pasos. Y todos y cada uno de ellos son necesarios para llegar a culminar con éxito nuestro camino.
0 comentarios