Muchas personas creen que ese empleo sustituirá todo lo que pierdan por el camino. Además, les dará la tranquilidad y estabilidad que necesitan. Sin embargo, el paso del tiempo ha dejado claro que el empleo no es una opción tan segura como nos gustaría. Millones de familias han visto recientemente la cara más amarga del empleo.

El empleo ¿Realmente nos da seguridad?
Cuando miramos la situación del empleo en la actualidad nos damos cuenta de dos cosas: los ingresos de quienes trabajan y los derechos de los trabajadores han descendido. De esta parte, más visible, todos somos conscientes. Sin embargo, hay otra parte que posiblemente ni siquiera queramos ver. Se trata del lado del empleo que nos afecta de forma personal.
Imaginemos una familia que tiene que criar a sus hijos. Con un empleo ¿cuándo podrán dedicarle tiempo de calidad a los niños? En más ocasiones de las que nos gustaría aceptar, solo les ven en el desayuno. En otras ocasiones, ni siquiera alcanzan a verlos despiertos. La vida en la pareja también pasa por una situación similar, más aun si ambos trabajan en diferentes turnos.
Cuando nos paramos a pensar fríamente en esta situación, es posible que nos hagamos una pregunta: ¿Cuánto más tendré que pagar por tener un empleo?

Las garras del enemigo
Aferrarnos a las garras del empleo puede hacer, no solo que perdamos el tiempo de nuestra vida ahora, sino que nos arrepintamos en el futuro. Bronnie Ware es una enfermera que durante años cuidó pacientes terminales. Tuvo la idea de dejar constancia de los arrepentimientos de esas personas y escribió el libro Los cinco mandamientos para tener una vida plena: ¿De qué no deberías arrepentirte nunca?
Estas personas que llegaban al final de sus días, se arrepentían de las oportunidades desperdiciadas. Todos manifestaban cinco áreas en las que se lamentaban:
– Ojalá me hubiese permitido ser más feliz.
– Me gustaría haber tenido más contacto con los amigos y no haber perdido a tantos por el camino.
– Ojalá hubiese podido expresar mis sentimientos.
– Me hubiese gustado tener el coraje de hacer lo que quería hacer, y no lo que otros querían que hiciera.
– Ojalá no hubiese trabajado tanto
Todos deberíamos reflexionar en estas palabras. En muchos casos, se trata de personas que se perdieron por el camino a cambio de un «empleo seguro». Sin embargo, la realidad es que se entregaron a las garras de este enemigo que nos chupa la vida, tanto a nosotros como a nuestra familia.
Cambiando nuestra dirección
Es posible que ahora te estés preguntando ¿Tengo que continuar en este camino sin otra opción? Hace algunas décadas la respuesta quizás hubiese sido: «Sí. Tienes que continuar en tu trabajo hasta la jubilación». Sin embargo, hoy en día es posible trabajar para ti mismo. Incluso puedes hacerlo desde casa, disfrutando de la libertad de tiempo que esto te aporte. Solo necesitas tener los ojos bien abiertos y estar atento a las opciones. Nunca se sabe por dónde puede venir nuestra opción. Recuerda no ser como los pacientes de Bronnie Ware: no pierdas tus oportunidades.
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