Todos estamos encantados con las tecnologías, y cada día se suman más posibilidades. Nos facilitan enormemente muchas de nuestras tareas, lo que nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento. Y continuamos expectantes a lo que el futuro nos traerá en este sector.

Pero como casi todo en la vida, lo bueno, mal utilizado puede convertirse en algo malo, o hasta peligroso. Como todos sabemos, internet presenta algunos desafíos con relación a la seguridad y la privacidad.

Uno de estos riesgos es el “phishing”, y créanme, no tiene nada que ver con la pesca en la playita.

Mas bien, se trata de lo que hacen personas sin escrúpulos, que utilizan artimañas para obtener, o “pescar”, nuestros datos. Hay diversos métodos para conseguir lo que quieren, y también diferentes objetivos que persiguen.

Existen diversas tipologías de phishing, algunas de ellas por suerte nos suenan bastante extrañas: Wi-Phishing, Pharming, Smishing, Spear Phishing, Vishing.

Seguramente la lista estará ahora mismo creciendo, siempre hay quienes prefieren pescar lo de los demás, a esforzarse en la vida.

El método más empleado de «phishing»

Dentro de estos métodos de sustracción de datos, el mas popular es el “phishing”. Se conoce con la denominación de “phishing” a una modalidad de estafa informática que cada año es más utilizada por los ciberdelincuentes.

El «Phishing» es el método más empleado por los delincuentes cibernéticos para estafar y obtener información privada de manera fraudulenta. Algunos datos que suelen robar son: contraseñas, información de nuestras tarjetas de crédito, información de cuentas bancarias, redes sociales, etc…

Diariamente son millones de correos de este tipo que circulan por la red, por ejemplo, se hacen pasar por nuestra entidad bancaria intentando robarnos los datos bancarios.

Modus operandi

Envían emails donde aparece el logo, los colores y la misma apariencia que tiene nuestro banco o caja, solicitándonos datos personales. Simulan situaciones que requieren de nuestra parte que confirmemos ciertos datos, como los números de cuenta, de tarjeta, y las claves de las mismas.

Quizás nos digan que han tenido un fallo informático y necesitan confirmar que todos los datos están bien, que no hayan sufrido ninguna alteración. Incluso algunos van más allá y dicen que si no confirmamos los datos tendrán que dar de baja, ya sea la cuenta o las tarjetas.

Objetivo

El objetivo final de toda esta trampa no es ni más ni menos que conseguir nuestras claves y contraseñas. Con ellas podrán realizar compras y transferencias de dinero mediante la red.

Las personas que se dedican a estas estafas, “phishing”, saben que la parte mas vulnerable de la seguridad en el sistema bancario somos nosotros. Los ardides o técnicas son muchos, y están continuamente cambiando y siendo mas sofisticados para cogernos desprevenidos.

¿Cómo evitar que nos “pesquen”?

Para evitar caer en las redes del Phishing debemos tener ciertas cosas claras. Además, si sabemos cual es la manera más común de actuar es más sencillo estar pendientes y evitar que nos roben los datos o cualquier otro tipo de información confidencial.

Veamos maneras prácticas de evitar que nos «pesquen».

Emails

Lo primero que tenemos que hacer es desconfiar de los correos electrónicos, sobre todo cuando se trata de asuntos financieros. No es que estemos siempre pensando que nos van a robar nuestro dinero, pero si tenemos que ser prudentes.

Si algo nos resulta dudoso o sospechoso, lo que tenemos que hacer es llamar a nuestro banco. Observar desde donde viene el email que hemos recibido, o ha donde nos conducen los links que contiene nos ayudara a evitar el fraude.

Una llamada o pasarnos en persona por nuestra sucursal puede evitarnos un buen susto.

Llamadas telefónicas

En alguno de estos emails, quizás se nos informa de que tenemos que llamar para poder solucionar el problema causado por el servidor web del banco.

Si no nos percatamos bien, quizás nos encontremos haciendo una llamada por la cual tengamos que pagar a 1,50€ por minuto.

Algo que podemos hacer es copiar este numero de teléfono, y buscarlo en internet, así obtendremos información sobre él y cuales han sido las experiencias de otros usuarios.

Proteger nuestros datos

Algo que tenemos muy claro es que nunca, nunca, tenemos que dar nuestras claves de acceso a nadie. Ni siquiera a un empleado del banco, o a alguien que pretende parecer el empleado en una llamada telefónica.

Esos datos, como su nombre indica, son secretos, por lo que no debemos revelarlos. Otra cosa es que nosotros llamemos a una empresa conocida, y demos nuestro número de cuenta o de tarjeta para efectuar un pago.

O que incluso hagamos compras online en lugares seguros, a los cuales ya hemos entrado anteriormente.

Evita que te hagan Phishing

Con un poco de prudencia podemos estar tranquilos y a salvo del “phishing”, y el sentido común es un buen aliado. Ante la duda o la desconfianza lo mejor es preguntar directamente a nuestra entidad financiera. Recordemos que hay quienes quieren “pescar” lo que no es de ellos.

Aquí te dejamos algunos videos que pueden ayudarte a identificar mejor el phishing y evitarlo en todas sus variantes.